Declamacion


La Declamación
Hola amigos , me llamo Veresith , les doy la bienvenida a este mi blog de declamación , que tratara de fomentar el gusto por la  poesía , generalmente a muchos les parece aburrida y sin sentido , pero es extra super interesante .. los invito a que visiten mi blog ..y se adentren en este su mundo...
¿Que es la declamación?
Te explico...La “declamación” es un arte escénico que se desarrolla frente a un público que observa y escucha, que puede participar siendo testigo ocular y auditivo de la misma.
Consiste en la interpretación de un poema, buscando profundizar su mensaje con el uso armonioso de la voz, la sutileza del gesto y la mímica. Se intenta cautivar al espectador para que vibre con el sonido y significado de las palabras, acentuando con el gesto, la mímica y el movimiento aquellos versos o palabras que destaquen el sentimiento y la emoción contenida en el poema.
La recitación excluye el uso del gesto y mímica, concentrando todo su arte en la voz y su fluidez, muy parecido a la lectura de poemas, con la diferencia de que en la recitación se memoriza el poema y se carece de atril. En el siglo XIX y principios del XX esta diferencia era muy notoria, ya que la interpretación corporal dentro de la declamación era muy expresiva, con mucha mímica, desplazamientos en escena, uso de elementos visuales y en algunos casos el uso de varios disfraces en el curso de una misma declamación. Todo esto ha ido desapareciendo en la declamación moderna y en la actualidad la declamación clásica es considerada excesiva y teatro
Historia
Demóstenes ejercitándose en la declamación, por Lecomte de Leouy
La declamación de los antiguos estaba compuesta con otras notas sin que por ello se pudiese considerar como un canto musical y en este sentido, deben tomarse bien las palabras de los autores latinos canerecantus y también carmen, que no siempre significan un canto propiamente dicho, sino cierto modo de representar o de leer.
La declamación se compuso con los acentos y por consiguiente para escribirla debían emplearse los mismos caracteres que servían para señalar estos acentos. En un principio no hubo más que tres, a saber: el agudo, el grave y el circunflejo pero luego se fueron sucesivamente aumentando y llegaron hasta el número de diez , cada uno de los cuales se indicaba con su carácter diferente y cuyos nombres y figuras se ven en los gramáticos antiguos. El acento enseñaba el cómo, cuándo y de qué manera se había de levantar o bajar la voz en la pronunciación de cada sílaba. Se aprendía la entonación de estos acentos al mismo tiempo que se aprendía a leer, por lo que no había casi nadie que ignorara o no entendiese esta especie de notas y no se hallara en estado de juzgar de la habilidad del que leía o declamaba.

Muchos son los pasajes que podríamos citar probando que la declamación de los actores en el teatro antiguo era compuesta y escrita con notas, que determinaban el tono que se debía tomar. Esta especie de recitado se hallaba sostenido por un bajo continuo, cuyo ruido sería proporcionado, según todas las apariencias al ruido que hace un hombre que declama. Dicha práctica nos parece en el día de hoy absurda y casi increíble pero no por esto es menos cierta. No se puede tampoco hablar sino por conjeturas acerca la composición que podía tocar el bajo continuo que acompañaba a los actores cuando declamaban. Quizá no haría mas, como indica Bollin que tocar de tiempo en tiempo algunas notas largas que se harían sentir en los pasajes en que debía el actor tomar el tono, en los cuales le hubiese sido difícil entrar con exactitud sin este auxilio, haciendo el bajo el mismo servicio al actor que hacía a Graco el tocador de flauta, quien situado cerca de sí le daba de tiempo en tiempo cuando arengaba, los tonos con que había de proseguir.
El bajo no solamente servía para la entonación y canto, digámoslo así, de la declamación, sino que arreglaba también el accionado. Este arte, llamado por los griegos orgesis y saltatio por los latinos, consistía, según dice Platón, en la imitación de todas las acciones y movimientos que pueden hacer los hombres. Así pues el sentido de la palabra saltatio no debe limitarse al que damos nosotros en nuestra lengua a la palabra danza pues tenía mucha más extensión. Su objeto no solo era enseñar las actitudes y movimientos que sirven para adquirir buena gracia o para ejecutar ciertos bailes, sino también para arreglar el gesto, tanto de los autores como de los oradores e igualmente para enseñar a gesticular o la pantomima, es decir, el arte de darse a entender o expresarse con acciones sin el socorro de la palabra.
Los antiguos ponían en general un cuidado extraordinario en perfeccionarse en el gesto, cuyo esmero era mayor en los oradores por la necesidad que tenían de poseer este arte. Es bien sabido lo mucho que Demóstenes se aplicó en él y que Roscio, aquel célebre actor romano, disputaba algunas veces con Cicerón sobre quien explicaría mejor un mismo pensamiento de muchas maneras diferentes cada uno según su arte, a saber, Roscio con acciones y Cicerón con la voz o con la palabra; y parece que Roscio daba con la sola acción tanta fuerza y sentido a la frase, como Cicerón con la palabra. Cambiaba luego Cicerón las palabras o la combinación del período o de la frase sin quitar el vigor del sentido del discurso y Roscio le daba enseguida todo el sentido con otras acciones diferentes, sin que este cambio disminuyese la expresión y fuerza de su representación muda.

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